Brihuega Campos de lavanda

Brihuega espléndida y sus campos de lavanda

Por Mayra Feltrin, periodista

«Enclavada en la Alcarria Alta, en la provincia de Guadalajara, la hermosa Villa de Brihuega maravilla por sus bellezas naturales y su riqueza histórica.

El municipio tiene cerca de 2.500 habitantes y está localizado a unos 90 kilómetros de Madrid, con fácil acceso desde la Autovia A-2.

Durante el verano una visita a Brihuega es más que encantadora, pues en esa época del año celebran el Festival de la Lavanda – evento anual que comenzó hace cuatro años- atrayendo a turistas de toda España y de otros países. Al llegar se encuentran ante los púrpuras campos floridos, acompañados del zumbido de miles de abejas que producen su propia miel durante todo el día y el paisaje invita a realizar magníficas fotografías para el recuerdo.

La escena es digna de una película. Al llegar a las plantaciones de lavanda, una inmensidad de flores en tonos lila contrasta con el cielo azul en un escenario magnífico que permite admirar la perfección de la naturaleza

Los arbustos se plantan en hileras que parecen no tener fin en el horizonte y a pesar del intenso sol, típico del verano español, una constante brisa venida de las montañas refresca el aire seco. Caminando por el campo y envueltos por el aroma relajante de la lavanda las horas pasan rápido hasta llegar a la fantástica puesta de sol.

Durante los largos días de verano europeo el sol se despide hacia las 22 horas y todas las montañas se tornan doradas como si estuviesen cubiertas por rayos repletos de partículas de oro. Es sin duda un momento mágico, cuando las abejas vuelan de vuelta a sus colmenas y el zumbido de las dedicadas trabajadoras da lugar al canto de las cigarras en una sinfonía de contemplación al final del día.

En el horizonte el sol se pone lentamente, siendo admirado por los turistas en un momento de paz, siendo el actor protagonista de una serie de fotos de sí mismo, pinturas al aire libre, acompañado por las montañas y millares de flores que se deleitan con su luz.

Al regresar al pueblo, el paseo puede terminar disfrutando típicos manjares españoles en uno de los diversos restaurantes locales. También es posible comprar productos artesanales como quesos, miel de diferentes variedades -romero, lavanda, milflores…-, chorizo, panes, esencias y jabones e incluso cerámicas pintadas a mano, todo producido allí, en Brihuega, por empresas familiares que comercializan preciosidades desde hace más de un siglo.

El Festival de la Lavanda, además de las visitas a los campos de la delicada flor, cuenta con ferias, mercados locales en las calles, exposiciones y concursos. El evento termina el último fin de semana de julio y la programación completa puede consultarse en su site oficial: www.festivaldelalavanda.com»

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